ALGUNOS AÑOS "TOMANDO CHOQUES"
Tuve el privilegio de tomar contacto con esta tecnología allá por los 80 y pico, trabajé con diversos electrificadores, con todas las herramientas habidas y por haber, pero cuando fui exigido al máximo, como es el caso del pastoreo racional, terminé dándome cuenta de que no sabía nada.
Empezaron las dificultades al ver como los animales se burlaban de mis aparentemente bien construidas cercas, siguiendo mi sentido común y lo “mucho” que había aprendido en esos 25 años de eléctricos. Y fue el propio sentido común que me hizo dejar el orgullo y buscar ayuda. Afortunadamente el Instituto Plan Agropecuario tenía (y tiene) entre sus cursos online uno sobre este tema, y pensé: “no voy a aprender nada que ya no sepa, pero lo voy a hacer igual”. Y lo hice. Aprendí tantas cosas, que fue este curso, para mi, un antes y un después en control de ganado en parcelas. Le fui agregando algunos detalles propios de este campo, y hoy no tengo problemas.
Paso a contarles algunos detalles que son relevantes para un buen control:
TIERRA
Mucho se habla de su importancia, y a veces se le atribuyen culpas por algún mal funcionamiento, cuando los problemas están en otra parte. La tierra debe ser suficiente, nada más.
Para saber si lo que tenemos como tierra es suficiente para la linea que hemos construido, lo más práctico es agarrar con la mano (si tiene un voltímetro, mejor) el caño galvanizado o varilla de cobre que está enterrada mientras el aparato está prendido. Si todo está bien, no debería ocurrir nada. Si siente una “cosquilla”, la tierra es insuficiente. Para mejorarla, basta con agregar otro caño, u otra varilla de cobre. Otra forma de mejorarla es creando una tierra secundaria, clavando una varilla en un punto distante y conectándola a la tierra principal valiéndose de algún alambrado convencional que pase cerca. Habrá que conectar todos los pases en porteras, postes principales, etc., para que sea una linea ininterrupta entre la varilla y la tierra principal. En las porteras se puede enterrar el alambre que sirva de conexión.
En la mayor parte del Uruguay el terreno favorece al establecimiento de buena tierra, ya que se pueden enterrar las varillas de 1,8 metros en su totalidad. La profundidad es más importante que la humedad del local, según lo que nos contó un ingeniero eléctrico en el curso del IPA. El agua dulce no sería tan buena conductora eléctrica. Deduzco que la recomendación de enterrar los caños o varillas en vertientes o manantiales haga referencia a poder enterrarlos bien.
En campos de poca profundidad la sugerencia es buscar, aunque lejos de la central en donde se sitúa el aparato, un sitio que permita darle profundidad a las varillas o caños. También es ideal para esto el caño de algún molino, que generalmente está a muchos metros de profundidad. En ambos casos hay que extender un alambre desde ese lugar ideal hasta el aparato, y tal como en el caso de las tierras secundarias, podemos valernos de los alambrados convencionales que pasan por cerca, desde que la linea no se interrumpa. El hilo de alambre que sirva de conexión puede perfectamente entrar en contacto con el suelo, no necesita ningún tipo de aislación.
EL APARATO
Aquí es donde radica la diferencia entre controlar e irritarse, Y también donde está la mayor confusión, generada por un marketing erróneo. Cuando vamos a comprar un aparato, nos ofrecen diversos modelos que serían capaces de proporcionar control en x kilómetros de tendido, generando la idea de que se llegará con buen choque a esa distancia establecida. Ocurre que la potencia de un aparato puede realmente electrificar satisfactoriamente esa distancia, pero sin salirse de su radio de acción, no en linea recta.
Así que lo ideal es dejar de pensar en kilómetros, y darle atención al radio de acción. Para saber que radio o área cubrirá un pastor, hay que saber su potencia, que se mide en Joules. Existe bibliografía al respecto, indicando un Joule para, desde 10 hectáreas, hasta cien. Y creo que esta segunda confusión se basa en que no se considera el nivel de intensificación dentro del radio. No es lo mismo tener en cien hectáreas veinte potreros de un hilo que saltar a cien potreros de dos hilos.
Como se superan las dos confusiones con un solo movimiento? Optando por tener Joules de sobra. Afortunadamente existen hoy en el mercado aparatos de 10, 15, 20, 40 y hasta 100 Joules, que realmente son capaces de dejarnos contentos al ver el ganado donde debe estar: adentro de su parcela.
Pero tener Joules de sobra ofrece otras ventajas:
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En nuestra zona, abundan los ñandúes. Estos muchachos, cuando se asustan de algo, emparejan los alambres, dejando alguno por el piso. Si los Joules son justos, ya perdimos el control en toda la cerca. Los ñandúes que se han criado acá ya saben agacharse para evitar las cuerdas, pero los que ocasionalmente entren de afuera no los conocen, y tampoco saben que no les vamos a hacer nada.
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Estamos en un lugar lleno de monte, y a cada viento fuerte algún gajo, cuando no un árbol, caen encima de la cerca, robando corriente. Pero como tenemos funcionando un aparato de 40 Joules, todo sigue en orden, con una merma en el choque, pero que no determina voltaje insuficiente. Al medirlo después de los vientos, ya sabemos si hay algo de esto, lo buscamos, solucionamos y listo.
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Una de las preguntas que más oímos es ¿ la vegetación que toca al alambre no le roba corriente? Y la respuesta es si. No hay magia. Si algo toca la linea, habrá menos voltaje en cerca. Fuimos probando. Arrancamos con 4 J en los primeros 77 potreros, y pronto se tornó incapaz de dar buen choque. Hicimos una ofensiva de limpieza, tres días de trabajo duro con desmalezadora. Volvió todo a lo normal. A los 15 días volvieron los problemas. Optamos por pasarnos a 15 Joules. El choque, mismo con vegetación abundante en la linea, era impresionante. Y todo siguió bien, hasta que hicimos los 66 potreros de la costa. Cualquier pequeño detalle ya nos comprometía el control, y saltamos a 20 J. Y así fuimos corrigiendo errores, hasta llegar a más de 200 potreros con buen control. Hoy día nos manejamos con un aparato de 20 J y otro de 40 J, dependiendo de la época del año y algunas circunstancias que exigen más voltaje, como ganados recién llegados. Tener dos aparatos es fundamental, ante cualquier inconveniente en uno de ellos.
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Completamos el ítem anterior con un detalle no menor: hemos abandonado la limpieza de los alambres y seguimos con buen choque. Eso representa una economía en mano de obra y tiempo significativas.
LA ESCUELA
Como se ríen mis vecinos cuando les digo que tengo ganado en la escuela! Pero es así, escolarizamos a las reses en gradual aumento de área. Todo comienza en el corral. Llega el ganado, generalmente con hambre. Tenemos un corral dividido en dos por cuerdas eléctricas y algunas varillas plásticas flexibles, cosa que si las inclinan, vuelvan al lugar, algo como un elástico con voltaje. En uno de los extremos, una portera pequeña, que permite pasar de un lado al otro sin obstáculos. Entran a pastar, y bocado viene, bocado va, toman su primer choque. En ese primer día las visitamos varias veces, hablándoles y mostrándoles que no tenemos malas intenciones. Cuando llegamos a ellas y todas hacen la vuelta sin intentar pasar por el alambre eléctrico, es momento de darles el primer potrero, que está junto al corral, pero con una sola cara convencional y tres eléctricas. Generalmente ya no pasan la cerca, a no ser en el caso de estar recién destetados. Cuando todo está tranquilo, pasan al próximo, un poco más grande. Casi siempre ya han aprendido a seguirnos, facilitando el trabajo. En una semana ya se van a los potreros generales respetando eléctricos, tomando agua en bebederos y siguiendo al pastor.
ALGUNOS APUNTES
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Aunque parezca una recomendación ridícula, mantenga el aparato prendido. En varios lugares que hemos visitado, apagan la cerca cuando “todo anda bien”. Después empiezan los problemas.
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Establezca una barrera sicológica, no física. No son necesarios esquineros, riendas, ni tensionar demasiado las cuerdas, esto determina futuras rupturas ante una eventual arremetida de una vaca. Los piques de madera enterrados son un tormento, dejan muy poco flexible a la linea y duran menos de tres años. Están cada vez más caros. A cada pique quebrado, hay que dirigirse a él con una barra o un marrón, otro pique, dos aisladores y cuatro clavos, martillo y paciencia. Si en su lugar hubiera una varilla plástica o una varilla común con aislador movible, bastaría con recolocarla en el lugar.
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Tener llaves de corte de corriente estratégicamente ubicadas permite detectar problemas y ubicarlos sin demoras ni largas caminatas.
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Tener un buen voltímetro, son caros pero económicos. Algunos indican en que dirección está el “robo”
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Usar materiales de calidad. Lo barato prontamente se torna caro.
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Por último, definitivamente no existe mejor cerca eléctrica que la que tiene una excelente pastura adentro. Esa sujeta cualquier animal.
Bueno, como siempre, quedan cosas por decir.
Quedamos a las órdenes por cualquier consulta.
Hasta la próxima.